1. Protección: El cabello en la cabeza actúa como un aislante, protegiendo el cuero cabelludo de los dañinos rayos UV del sol y de las temperaturas frías.
2. Sensorial: Los folículos pilosos son sensibles al tacto y al movimiento, ayudándonos a detectar cambios en nuestro entorno y proporcionar un sistema de advertencia.