Una pareja infértil puede sentir que están perdiendo el control de sus vidas si buscan ayuda y reciben tratamiento y esto puede conducir a sentimientos de angustia e impotencia. Asegurar que las parejas tengan información precisa y relevante que les permita tomar decisiones informadas y apropiadas sobre su tratamiento ayudará a aliviar estas sensaciones.
Algunas parejas pueden excluirse de ciertas situaciones para evitar el contacto con el embarazo, los bebés o niños y esto puede reducir valiosas fuentes de apoyo, tales como la familia y amigos. Como muchas parejas no hablar de su infertilidad con sus familias algún beneficio de asistir a grupos de apoyo de autoayuda en los que pueden ser capaces de hablar abiertamente de su situación y preocupaciones con otros que comparten experiencias similares.
Los hombres y las mujeres tienen muy diferentes reacciones emocionales a la infertilidad. Durante un período de cuatro años y medio, Monarch (1993) estudió las parejas que estaban experimentando la infertilidad. Descubrió que, si bien la depresión fue fuertemente sentida por las mujeres, ninguno de los hombres entrevistados reportó ningún problema nervioso en particular en relación con su infertilidad. Estas diferencias de género para hacer frente a sus experiencias pueden ser parcialmente definidas culturalmente. Por lo general, las mujeres valoran la interdependencia y la similitud mientras que los hombres valoran la autonomía y la independencia (Lee, 1995).
Estas diferencias pueden conducir a un conflicto dentro de la relación, ya que cada socio hace frente de diferentes maneras. Los hombres, por ejemplo, pueden mantener su angustia a sí mismos centrándose en mayor medida en las emociones de su pareja, mientras que las mujeres pueden hablar abiertamente sobre sus sentimientos y sentirse perjudicada que sus parejas no son capaces de compartir sus sentimientos con ellos.
servicios para la infertilidad no se distribuyen de manera uniforme o disponible y tratamientos como la fertilización in vitro son caros. Por lo tanto, las preocupaciones adicionales pueden desarrollar en relación con las consecuencias financieras de ser infértil. El tratamiento consiste en visitas regulares a las clínicas y las mujeres pueden tener que ausentarse del trabajo y cambiar sus patrones de vida establecidos. Muchos serán reacios a informar a su empleador acerca de su tratamiento por temor a poner en peligro los planes de carrera que puedan tener.
A pesar de que la infertilidad no es considerada como una enfermedad y por lo tanto pueden tener baja prioridad, tanto en términos de recursos médicos y el interés político, está claro que tiene físico importante, los efectos sociales y psicológicos en la mujer y su pareja. Estos efectos, como se ve en relación con el síndrome de ovario poliquístico, pueden ser a largo plazo, y por lo tanto las mujeres requieren un apoyo adecuado para que puedan hacer frente a estas preocupaciones diferentes.
El desarrollo reciente en las técnicas de reproducción asistida ha dado tanto la esperanza y un enfoque para las parejas infértiles, y que Abadía et. al., (1992) señalan, los profesionales deberían aumentar un sentido pacientes de control, el optimismo (dentro de límites realistas) y el apoyo social con el fin de reducir el estrés asociado con la infertilidad. Esto ayudará a las parejas realizan tratamientos que pueden ser en última instancia, sin éxito. Un mayor conocimiento de los problemas asociados con la infertilidad, y la preocupación más abierto y el interés de toda la sociedad en general, puede ayudar a las parejas llegan a un acuerdo con su falta de hijos.
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