El uso de lejía para limpiar biberones es una manera de eliminar los gérmenes y prevenir la propagación de la enfermedad. Es importante tener cuidado con lejía, sin embargo, debido a que es altamente corrosivo y puede disolver algunos plásticos. biberones de blanqueo se pueden realizar con regularidad para esterilizar y eliminar las manchas de la fórmula o jugo. Tanto los biberones de vidrio y plástico se pueden limpiar con lejía.
Lavado de botellas de vidrio o de plástico que utilizan exhaustivamente con agua caliente y jabón para lavar platos. Asegúrese de que todo el jabón para lavar platos se aclara por completo antes de proceder, debido a una capa de película de jabón puede interferir con la acción de la lejía.
Permitir que las botellas se sequen al aire. Use un secador de estante para platos o botella para que la humedad en la botella puede escapar sin condensación en los lados. Utilizar este tiempo para preparar la solución de lejía.
Llene el lavabo, o en un lado de un receptor dual, con agua fría. El hundimiento promedio tiene de 2 a 3 litros de agua; la cantidad de cloro que se utiliza dependerá del tamaño de su fregadero. Una tapita de cloro diluye adecuadamente en un galón de agua, a fin de utilizar de 2 a 3 tapones para un disipador de tamaño normal.
Con las manos enguantadas, colocar cada botella en la solución de cloro. Usted puede hacer varias a la vez. Sumergir las botellas y permitir que se llenan. Algunos tetinas de los biberones no pueden ser blanqueados, así que lea la etiqueta antes de probar alguno de blanqueo. Los anillos cuellos y las tapas se pueden esterilizar con lejía utilizando el mismo método que las botellas.
Remojar las botellas para un máximo de 10 minutos. Eliminarlos del agua con cloro y dejar que se seque al aire. No enjuague el cloro fuera. Las impurezas en el agua pueden albergar bacterias y conducir a enfermedades e infecciones. Cuando se diluye adecuadamente, el blanqueador se seca, dejando sin olor o residuos.