Probablemente todos podamos recordar un momento en que nos quedamos dormidos con las luces encendidas cuando éramos niños. Era la única forma de protegernos de los monstruos del armario. Además, algunos adultos podrían preferir dejar las luces encendidas también, y no por la oscuridad. Pero resulta que el peligro real se ha escondido en las luces todo este tiempo.
lado brillante revela la verdad de este hábito aparentemente inofensivo.
Un estudio encontró que la exposición a la luz artificial por la noche puede aumentar el riesgo de infertilidad. El experimento se realizó en ratones hembras. Los ratones que se acostaban con la luz encendido por la noche tenían más probabilidades de ser infértiles. También se cree que los ritmos circadianos (el reloj interno del cuerpo) influyen en el momento del proceso reproductivo en las mujeres.
Otro estudio supervisó a las enfermeras que trabajaron turnos nocturnos y los efectos de la exposición a la luz nocturna. Resulta que la mayoría de las enfermeras se quejaron de que sus ciclos menstruales fueron interrumpidos.
La melatonina no solo reduce la temperatura corporal sino también la presión arterial. Si está expuesto a la luz por la noche, se suprime su producción de melatonina. Como resultado, su presión arterial aumenta. Las fluctuaciones regulares, a su vez, pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
El exceso de luz artificial por la noche puede ser la causa de un metabolismo lento. Además, la interrupción del sueño y los ritmos circadianos podría contribuir a la obesidad. Un estudio que monitoreó a más de 43,000 mujeres reveló que aquellos que se acostaron con la televisión en el aumento de peso notaron. El cambio ocurrió independientemente de su calidad o duración del sueño.
Incluso una sola fuente de luz puede alterar el equilibrio hormonal. La luz de teléfonos inteligentes, televisores o computadoras contribuye a la deficiencia de melatonina. Además, se interrumpen otros procesos biológicos. La mayoría de las veces, es la melatonina la que sufre primero. El sueño interrumpido aumenta las hormonas envejecidas y reduce las antienvejecimiento.
Un estudio encontró que la exposición a la luz por la noche aumenta el riesgo de depresión. Alternativamente, es probable que la interrupción del ritmo circadiano empeore los síntomas de depresión ya existentes. Curiosamente, la luz roja tiene menos efectos perjudiciales porque somos menos sensibles a las longitudes de onda rojas. En algunos casos, incluso se usa para tratar el blues.
¿Duermes con las luces encendidas? Si no, ¿cómo oscurece su habitación?
Suscríbase a nuestro podcast en Spotify o Apple podcasts para disfrutar de nuestras mejores historias y darle un verdadero regalo a sus oídos.